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Sin objetivos claros, incluso el mejor equipo puede convertirse en un grupo de personas remando sin rumbo. Cuando las tareas no están alineadas con la meta del negocio, la energía se dispersa, la motivación baja y la productividad se estanca.
Como líder, tu responsabilidad es traducir la visión global en metas específicas, medibles y alcanzables que impulsen el crecimiento real.
Te daré un par de consejos que te ayudarán a establecer los objetivos concretos para tu equipo:
1. Conecta cada tarea con los objetivos del negocio.
Cada proyecto o actividad que asignes debe responder a la pregunta:
“¿Cómo esto nos acerca a nuestra meta principal?”
Antes de delegar, explica al equipo el panorama: si tu objetivo es aumentar ventas en un 20 % este trimestre, hazles ver cómo cada campaña, reunión o informe contribuye a esa cifra. Cuando todos entienden el “por qué” detrás de su trabajo, cada acción cobra propósito.
2. Define metas claras y medibles.
Una meta vaga como “Mejorar la comunicación interna” no sirve para evaluar el avance. En su lugar, convierte esa idea en:
“Reducir en 50 % los correos diarios innecesarios antes de fin de mes”
“Lograr que el 90 % del equipo complete el nuevo proceso de feedback en 2 semanas”
¿Cuál es el indicador de éxito? ¿Qué tanto deben mejorar? Establece plazos y números concretos: así podrás ajustar el plan si los resultados no llegan a tiempo
3. Proporciona los recursos necesarios.
Ningún equipo logra sus objetivos si carece de las herramientas o el conocimiento adecuado. Antes de poner fechas y números, pregúntate:
¿Mi equipo tiene capacitación suficiente para esta meta?
¿Contamos con el software, presupuesto y apoyo necesario?Si la respuesta es “todavía no”, planifica una breve sesión de entrenamiento o consigue los recursos, desde tutoriales hasta mentorías, para evitar frustraciones y retrasos.
4. Fomenta una cultura de retroalimentación constructiva. Los objetivos deben revisarse y ajustarse en el camino. Organiza checkpoints semanales o quincenales:
Revisen qué funcionó, qué no y por qué.
Hagan preguntas directas: “¿Qué obstáculos encontraste?”, “¿Qué sería más sencillo para avanzar?”.
La clave es mantener un diálogo abierto.
5. Anima a tu equipo a compartir ideas y pensamientos.
Cuando estés desarrollando las metas, involucra a las personas que deben alcanzarlas. Al pedirles sugerencias sobre plazos, recursos o procesos, logras dos beneficios:
-Generas compromiso, porque sienten que su opinión importa.
-Recibes perspectivas valiosas sobre barreras que quizás no habías considerado.Un simple “¿Cómo lo ves?” o “¿Qué harías distinto?” al final de cada reunión con tu equipo puede descubrir soluciones creativas y acelerar el progreso.
Snack práctico
Para tu próxima reunión de planificación, implementa esta estructura de 5 minutos:
1. Contexto breve: Recuérdale al equipo el objetivo principal del negocio.
2. Meta específica: Presenta la meta semanal o quincenal con números y plazos claros.
3. Recursos disponibles: Enumera herramientas y oportunidades de capacitación.
4. Espacio de feedback: Pregunta “¿Ven algo que falte o que pueda mejorarse?”.
5. Acción inmediata: Define quién hará qué y para cuándo.
Verás cómo cada persona sale con una tarea mucho más enfocada y con la sensación de saber exactamente por qué su trabajo marca la diferencia.
Por Paola Saucedo. Founder The Working Method. +14 años Liderando equipos. Mentora en Liderazgo, Desarrollo de Talento, y Cultura Organizacional | Felicidad Laboral, People Analytics y EX.
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