Yo sí me acuerdo, de la crisis bancaria de 1994, cuando mi papá estaba considerando cerrar su empresa por el caos económico en el que nos encontrábamos.
Yo sí me acuerdo, de las historias que en mi familia se contaban de las devaluaciones y crisis de deuda externa de 1976 y de 1982 respectivamente, y también me acuerdo de qué clase de
políticos regían en aquellos años y que hoy se encuentran presentes, constantemente reciclados dentro del actual gabinete federal.
Yo sí me acuerdo, de todas aquellas promesas huecas que se propusieron en la contienda electoral federal del 2021, en donde nos prometieron sistemas de salud similares a países europeos, donde nos prometieron costos de combustible históricos inigualables, donde prometieron un aeropuerto de talla internacional digno de la movilidad aérea que los usuarios merecen.
Yo sí me acuerdo, lo comento con voz fuerte y con conciencia de memoria. Sí me acuerdo de la capacidad adquisitiva que teníamos hace ya casi seis años, sí me acuerdo de aquellos presidentes que pujaban por hacer crecer nuestra economía a través de las empresas, que promocionaban nuestros destinos turísticos orgullosamente por el mundo, que le apostaban a las mamás trabajadoras, a la educación de calidad y al desarrollo social. Sí me acuerdo de amar mucho a México y sentir como se ponía la piel de gallina al hablar de nuestro país en otros lugares del mundo.
Sí me acuerdo de aquellos políticos que fomentaban la existencia de derecho de estado en nuestra nación, de aquellos a los que no les temblaba la mano al momento de enfrentar a los carteles y delincuentes, de esos presidentes con visión global, preocupados por el medio
ambiente y ocupados tratando de cumplir la agenda nacional e internacional de nuestro país, de aquellos dirigentes que mostraban respeto a nuestra constitución y los derechos emanados de ella.
Hoy sigo siendo una mexicana orgullosa, de esas de hueso colorado que presume a su país por todo el mundo, pero también acepto que en política nuestro gobierno federal nos debe mucho. Desafortunadamente van a pasar generaciones para poder volver a ser ese país pujante de talla internacional, y aunque nos quieran llenar la cabeza de ideas negativas, sí creo, también, en el ejercicio de la democracia.
Nos enfrentamos a una contienda electoral nuevamente, donde como mexicanos tenemos la oportunidad de votar nuevamente por la alternancia y, además, dar paso a que por primera vez en la historia de México seamos gobernados por una mujer. La pregunta es: ¿estamos listos
para este cambio?, y antes de esto, ¿estamos listos para ejercer nuestro derecho de voto? Hoy las generaciones jóvenes no creen en el ejercicio de la democracia, creen que no habrá diferencia si votan o no el próximo 2 de junio, pero es importante que sepan que poder votar es el resultado de muchas luchas históricas. Hoy gozamos de libertad para tomar la decisión de qué persona será la que conduzca la prosperidad de nuestro país. Poder ejercer nuestro derecho de votar permite que exista la alternancia y, por lo tanto, que nuestro país vuelva a tomar un rumbo de crecimiento y desarrollo económico. Votar es nuestro derecho, pero también es una obligación cívica y moral de responsabilidad colectiva.
Este artículo va dirigido a todas aquellas personas que hoy tienen la posibilidad de salir a votar y definir el rumbo que tomará nuestro país, de ejercer su derecho de elegir quién será nuestro líder por los siguientes seis años. Va dirigido a quienes tienen la obligación de practicar la
democracia con responsabilidad, conocimiento y compromiso para nosotros mismos, los mexicanos.
Mexicanos al grito del voto, hagamos ruido en las elecciones, hagamos ruido a través de nuestro voto y el de nuestros familiares y amigos, hagamos patria defendiendo el derecho libre y soberano de elección política, hagamos que la democracia sea el ejercicio más puro y seguro
de alzar nuestra voz y definir nuestro futuro.
Hagamos ruido, mucho ruido a través del voto.

Lorena Muñoz

Presidenta de Canaco Queretaro