Lo estamos viendo, y ya sabemos que vivimos una de las más altas inflaciones de la historia, esto debido a una mezcla de los cambios económicos provocados por la pandemia, a nuestros hábitos de consumo, los problemas de transporte de contenedores a nivel global para el transporte de materias primas, la exagerada globalización de hasta los productos más básicos, más la guerra en Ucrania. Sólo que, en este caso, la inflación afecta al mundo entero.
Quizá no sepas que la inflación anual en mayo fue del 7.65%, cuando en 2020 fue de tan solo el 3.4%. Estamos seguros tu bolsillo, a la hora de ir hacer las compras y surtir la despensa, ¡Se ha dado cuenta!
Como no sabemos cuánto durará la inflación y a cuánto subirán los precios de los productos más básicos, es mejor cuidar tu flujo de efectivo y no reducirlo contrayendo nuevos compromisos financieros.
Ya que, aunque se han implementado medidas como el pacto para contener el alza de precios y los subsidios a la gasolina, aún no se perciben señales de mejoría.
Sin embargo, no es necesario esperar a que la solución llegue de parte de las autoridades, todos podemos poner en práctica los siguientes consejos para sortear esta complicada situación:
ARMA UN PRESUPUESTO DE INGRESOS Y EGRESOS
Y apégate a él, tomando en cuenta todos los ingresos y gastos, sin importar el tamaño.
Asi podrás detectar compras que se pueden reducir o eliminar de forma temporal, en lo que los precios vuelven a bajar.
Si bien es cierto que aumentar la tasa de referencia ayuda a contener la inflación, en el mediano tiempo se encarece de una forma el acceso al crédito, y eso también debilita el consumo en términos de inversiones de mediano y largo plazos.
CONSUMO INTELIGENTE
Este es un buen momento para evitar o reducir lo más posible el llamado gasto hormiga, así como hacer tiros de precisión en los productos que se compran, dando prioridad a lo que realmente se necesita “porque las presiones están fuertes y van a seguir”.
Otra recomendación tiene que ver con hacer compras a granel y en locales cercanos, evitemos, en la medida de lo posible, los movimientos exagerados de mercancías, lo cual las encarece.
Otra opción es pagar los créditos que tengas contratados, preferentemente aquellos a tasa variable, ya que implican un mayor costo financiero de la deuda, después saldar los que cobran el interés más alto.
AUMENTA TUS INGRESOS
Puedes ejercer cierto control sobre la entrada de dinero.
El camino correcto para obtener más ingresos dependerá de tu situación, tus habilidades y tus intereses, pero aquí hay algunas sugerencias que puedes considerar:
Y tanto si aumentas tus ingresos como si reduces tus gastos (o ambos), tendrás un flujo de caja adicional disponible cada mes. Puedes utilizar ese dinero extra para:
¿CÓMO PROTEGER EL DINERO?
Una vez que hay ahorro se pueden buscar instrumentos para invertirlo y ganar intereses.
Definitivamente es recomendable poner el dinero en instrumentos cuyo rendimiento sea mayor a la inflación para tener un saldo positivo real, es decir, una vez que se resta a las ganancias el índice inflacionario.
NO ES UN BUEN MOMENTO PARA SACAR UN CRÉDITO
Si puedes, por el momento es mejor evitarlo. La Tasa de Referencia no es otra cosa que el costo del dinero. Es lo que cuesta que el dinero acuñado por un Banco Central (Banxico en el caso de México), llegue al público a través de la banca comercial. El problema es que esta tasa también está subiendo, y no se ve para cuándo deje de hacerlo.
Esto quiere decir que la tasa de interés que te cobraría el banco o la financiera por cualquier crédito está directamente relacionada con esa tasa y, por tanto, también están subiendo.
Pero lo más grave es que esto no sólo afecta al crédito hipotecario o automotriz, sino también a las tarjetas de crédito, a los préstamos personales.
Y, claro, al financiamiento empresarial.
APROVECHA EL INCREMENTO DE LAS TASAS DE INTERÉS
La otra cara de la moneda de que haya una tasa de referencia alta es que también sube el interés que obtienes por tus ahorros.
Por ello, si tienes dinero, mejor mantenlo ahorrado. No corras prisa, mantén tu dinero seguro y trabajando para ti.
EVITA LAS DECISIONES FINANCIERAS PRECIPITADAS (O COSTOSAS)
Ahora no es el momento de dar saltos locos hacia lo desconocido con tu dinero, ni de asumir riesgos innecesarios y no calculados.
Esto es especialmente cierto para cualquier decisión financiera que vaya a inmovilizar gran parte de tu flujo de caja, limitar tu liquidez o establecer un costo fijo muy elevado en tu presupuesto.
Si puedes aplazar decisiones financieras muy importantes que puedan ponerte en una situación precaria, aplázalas. Mientras tanto, puedes trabajar en la creación de tus ahorros y en el aumento de tu patrimonio mediante aportaciones de inversión.
Eso te permitirá estar en una posición financiera más fuerte en el futuro, independientemente de lo que hagas o dejes de hacer. También te puede ayudar a facilitar la navegación a través de una época económicamente difícil al dejarte a ti y a su presupuesto más adaptables y flexibles.
En definitiva, una de las mejores maneras de proteger tus finanzas contra la recesión es mantener la perspectiva. No tomes una decisión a corto plazo sobre lo que debería ser una jugada a largo plazo, y recuerda que las propias recesiones son a corto plazo.
Son difíciles de atravesar en el momento, pero no duran para siempre. Las tendencias económicas son cíclicas, por lo que las épocas de vacas flacas suelen ir seguidas de periodos de crecimiento.
Tanto si nos espera una recesión en un futuro próximo como si no, mantenerse centrado en el panorama general y ser proactivo son dos formas clave de sortear con seguridad lo que se nos presente.
Con información de:
Decididamente, la forma de hacer transacciones seguirá evolucionando.
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