En esta ocasión Miguel Ángel Trejo, presidente del IMEF Grupo Querétaro, presenta algunos de los puntos más relevantes del Boletín Informativo del IMEF Nacional publicado recientemente:
Los indicadores IMEF Manufacturero y No Manufacturero registraron un movimiento a la baja, lo cual sugiere que, después del buen inicio de trimestre el mes pasado, la economía está entrando en un proceso de menor dinamismo en esta segunda mitad de 2022 respecto al primer semestre.
Por un lado, el Indicador IMEF Manufacturero cerró ligeramente por debajo del umbral de 50, es decir, en zona de contracción. Por el otro, el Indicador No Manufacturero, continúa registrando niveles de expansión, pero a un menor ritmo que en el mes de julio. Este comportamiento, junto con la información económica coyuntural más reciente, sugieren que la economía está en una fase de claroscuros.
Durante los dos primeros trimestres de este año la economía creció a tasas trimestrales en torno a 1.0%. Si bien, no hay indicios de una contracción generalizada al inicio del segundo semestre del año, los recientes indicadores nos sugieren un crecimiento menos sólido hacia el cierre de 2022.
Por otro lado, observamos que el empleo total para junio ha seguido aumentando, pero la tasa de desempleo abierto fue de 3.35% en junio, superior a su nivel de mayo 3.27%. Además, el número de nuevos puestos de trabajo registrados ante el IMSS había aumentado mensualmente hasta junio, pero el número de nuevas plazas registradas en julio disminuyó de manera muy significativa.
La mayor preocupación en el entorno macroeconómico de México en este momento, a mitad de 2022, es la creciente inflación que aqueja a nuestro país, misma que en la primera quincena de agosto subió hasta 8.62% lo que trae implicaciones fuertes para el bienestar y potencial de compra de los consumidores. En efecto, el indicador de confianza del consumidor sufrió caídas en los últimos meses, tanto en mayo como en junio, lo que podría desencadenar caídas en los indicadores de consumo en los meses siguientes.
Las exportaciones están fuertemente ligadas a la economía de Estados Unidos, que, aunque mostró fortaleza en su mercado laboral, el PIB al segundo trimestre cayó, siendo la inversión el principal componente afectado.
PERSPECTIVAS
• Las perspectivas para México lucen sin brillo. Para el presente año se anticipa un crecimiento del PIB de 1.9%, que quedaría por debajo del crecimiento potencial y no alcanza para lograr los avances en bienestar que requiere nuestra población.
• La inflación esperada volvió a aumentar para colocarse por arriba del 8%, lo que no se observaba en dos décadas, y con un sesgo todavía al alza.
• La tasa de interés de referencia monetaria para el cierre del año aumenta respecto a la encuesta previa, para ubicarse ahora en 9.75%.
• Las perspectivas de crecimiento en los asegurados del IMSS mejoraron a 515 mil puestos de trabajo.
• Para los asegurados en el IMSS se anticipa una variación de 410 mil empleos, que resulta elevada para el bajo crecimiento económico, pero a todas luces insuficiente para las necesidades de México.
• La marcha de la economía mexicana en el 2023 estará afectada por varios factores, desde el ciclo monetario, para contener la inflación que ya hemos comentado, hasta los cambios en el entorno geopolítico mundial, que podrían generar nuevas disrupciones en la medida en que no se restablezcan las condiciones de cooperación y se recrudezcan algunos conflictos. Internamente también habrá un entorno político intenso, con las elecciones en el Estado de México y Coahuila, además de la carrera hacia la elección presidencial del 2024.
• Para el 2023 hay una nueva y lamentable revisión a la baja en el pronóstico de crecimiento del PIB, a 1.2%, lo que representa un deterioro significativo en las perspectivas requeridas, manteniendo además una tendencia a la baja.
• La inflación pronosticada se incrementa en relación con la encuesta previa, a 4.8%, que si bien resultaría una baja considerable respecto a la inflación del 2022 sigue estando lejos de la meta oficial del 3%, además de que se mantiene al alza.
En México preocupa que la política fiscal delineada en el paquete económico para 2023 contemple un relajamiento de las metas fiscales, como no se veía en muchos años, con los Requerimientos Financieros del Sector Público en el orden del 4.1% del PIB, que parten de supuestos muy optimistas en crecimiento e inflación, lo que implica una sobre estimación de los ingresos, así como una subestimación del costo financiero, que dejan un presupuesto vulnerable y propenso a sufrir ajustes importantes.
En contraste, la necesidad imperiosa de América del Norte para reconstruir sus cadenas de suministro, especialmente para impulsar la proveeduría de semiconductores, representa una gran oportunidad para el desarrollo de nuestro país, siempre y cuando se hagan ajustes importantes a diversas políticas que impiden, por lo pronto, convertirnos en los socios comerciales de confianza que se requieren en la región.
Pronto, la regeneración de Avenida 5 de febrero
Leer Más
La gentrificación genera efectos tanto positivos como otros no tanto
Leer Más
