La cultura organizacional es un concepto fundamental en el mundo empresarial que a menudo pasa desapercibido, pero ¿Qué entendemos por cultura organizacional? es el conjunto de valores, creencias, normas y prácticas compartidas que definen la identidad y el funcionamiento de una organización.
La cultura organizacional se forma a lo largo del tiempo y es moldeada principalmente por la alta dirección ya que desempeña un papel crucial en el éxito de una empresa, sirve de guía para que todas las personas involucradas puedan seguir el mismo camino, la forma de hacer las cosas en la organización tiene un efecto directo tanto a nivel interno como externo.
La responsabilidad de crear y mantener una cultura organizacional saludable recae en todos los niveles de la empresa, pero como mencioné anteriormente la alta dirección juega un papel especialmente importante. Son los líderes quienes establecen la visión, los valores y las expectativas que moldean la cultura.
Una cultura organizacional positiva y sólida es un imán para el talento. Los empleados buscan empresas que compartan sus valores y creencias, donde se sientan valorados y puedan desarrollarse. Cuando la cultura organizacional es atractiva y alineada con las expectativas de los trabajadores, la retención del talento es más alta. Los empleados se sienten más comprometidos y menos propensos a buscar oportunidades en otro lugar.
La cultura organizacional influye en la productividad de los empleados de varias maneras, ya que promueve la colaboración, la innovación y el trabajo en equipo, todo esto tiende a impulsar la productividad, ya que los empleados se sienten motivados y apoyados. Por otro lado, una cultura tóxica o disfuncional puede socavar la moral y desmotivar a los trabajadores, lo que reduce la productividad. Además, una cultura que fomente el equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede ayudar a evitar el agotamiento y mejorar el rendimiento a largo plazo.
Por lo tanto, la cultura organizacional fomenta la eficiencia en los procesos, la calidad en la atención y servicio al cliente abre la puerta a la innovación que puede llevar a una mayor productividad y a la mejora de los productos o servicios y evita la fuga de talento, como consecuencia las empresas logran aumentar sus ingresos, ser eficientes en su operación y generar mayores utilidades.
Podemos concluir que la cultura organizacional es un activo intangible valioso, las empresarias y los empresarios desempeñan un papel fundamental en la construcción y el mantenimiento de la misma y es esencial que se tomen en serio esta responsabilidad. Cuando se cultiva una cultura organizacional saludable, todos los aspectos de la empresa, desde la atracción y retención del talento hasta la productividad y la rentabilidad, se benefician significativamente.
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