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Está claro que el comercio exterior mexicano se perfila para enfrentar un año de desafíos en 2025. Diversos factores apuntan a un panorama retador, donde la adaptación y la planificación estratégica serán fundamentales para que las empresas mantengan la competitividad en un mercado global.
Las más recientes observaciones de la inversión productiva en el año 2024 indicaron un leve retroceso, pese a todo el proceso de relocalización de las empresas, trayendo inversión de Asia a nuestro país no ha finalizado. Incluso, es posible que, pese a todo, pudiera acelerarse en este año.
Aun así, el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) estima que para este año las exportaciones de México crecerán un 3.9%, y para 2026 se proyecta un crecimiento del 4.4%.
Aunque las exportaciones muestran una desaceleración debido a una menor demanda por parte de su principal comprador, Estados Unidos, se espera que para 2025 tiendan a crecer, incluso frente a las amenazas arancelarias de Trump.
Desde el Comce, la directoria general Susana Duque Roquero explica que las exportaciones de México se beneficiarán de la integración en las cadenas de valor manufactureras, así como del auge del nearshoring.
De acuerdo con el INEGI, para el inicio del último trimestre de 2024 la balanza comercial de mercancías en México presentó un superávit de 371 millones de dólares. Las exportaciones de mercancías alcanzaron 57,671 millones de dólares, un crecimiento anual del 11.2%, mientras que las importaciones ascendieron a 57,300 millones de dólares, representando un aumento del 9.7 por ciento.
En cuanto a la inversión extranjera directa (IED), el Comce anticipa que alcanzará los 39,324 millones de dólares en 2025, un ligero incremento respecto a los 38,411 millones proyectados para 2024. Sin embargo, los empresarios del comercio exterior ven potencial para que la IED llegue a 48,000 millones de dólares en los próximos dos años.
Las reinversiones han ganado relevancia en años recientes, mientras que la proporción de nuevas inversiones se ha mantenido en niveles bajos. Duque Roquero ha destacado que la evaluación de la IED debe ir más allá de su volumen, considerando su impacto transformador en las industrias y comunidades.
Además, propuso que, para garantizar un incremento sostenido de la IED, esta debe vincularse con sectores estratégicos como la electromovilidad, las energías renovables y las tecnologías digitales.
A pesar de las proyecciones alentadoras de la iniciativa privada en México, el desempeño de las exportaciones y la IED dependerá del futuro del T-MEC. De acuerdo con un análisis de perspectivas económicas de Scotiabank, lograr un consenso para extender la vigencia del acuerdo será una prioridad para el gobierno mexicano.
Un desafío clave será alinear los incentivos para que los tres países mantengan el tratado de manera trilateral, permitiendo que México y Canadá aumenten su participación en las importaciones estadounidenses, por lo que será crucial que México diseñe una estrategia integral que aborde estos tres temas y demuestre los beneficios de una mayor integración a través del T-MEC.
Aunque la revisión formal del acuerdo está programada para 2026, la incertidumbre generada por la política proteccionista de Trump podría impactar negativamente las exportaciones y la inversión desde los primeros meses de 2025.
Siendo así, y aunque el comercio exterior de México ha demostrado resiliencia, el escenario para 2025 obliga a las empresas a adoptar medidas proactivas, con estos esfuerzos, el país podría consolidar su posición como un actor clave en el comercio global, asegurando que tanto las exportaciones como las importaciones sigan siendo motores fundamentales de su economía.
Con información de INEGI
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Leer MásPese a, panorama de inicio de año, la relocalizacion de empresas pudiera acelerarse este 2025
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