Vivimos en un mundo a toda pastilla, con noticias que se disuelven nada más publicarse, puestos de empleo multitarea, frenesí digital y novedades constantes. En medio de toda esta vorágine, a veces resulta complicado organizar el día y programar la agenda para conseguir establecer prioridades y cumplir con todos los objetivos.
Existen muchas tácticas de productividad, desde la regla 80/20 o técnica de Pareto al método Seinfield, el método Ivy Lee de las 6 tareas o la clásica técnica Pomodoro. Para todas ellas existen apps especializadas que te ayudarán a crear nuevos hábitos y estructurar tu día de otra manera.
Además, puedes seguir las recomendaciones del profesorado del MBA del Kellogg School of Management para conseguir hacer más tareas en menos en tiempo, todas ellas avaladas por investigaciones. Han sido compartidas en Kellogg Insight y son las siguientes.
1. Haz las cosas difíciles primero
Resulta tentador completar primero las tareas pendientes más sencillas. "Sientes que progresas más", explica Maryam Kouchaki, cuyas investigaciones han demostrado que las personas se inclinan por tareas más sencillas cuando se enfrentan a una gran carga de trabajo.
El resumen para tu día a día es que no pospongas o evites indefinidamente las tareas más arduas, tediosas y complejas, ya que de esta manera mermarás tus oportunidades de adquirir nuevas habilidades. Un truco eficaz consiste en dividir las tareas en "bocados" o "pequeños trozos", de manera que puedas ir tachando pequeños objetivos.
2. Ten en cuenta el cansancio al final del día
Varias investigaciones señalan que la calidad del trabajo puede variar en función del momento del día. La principal hipótesis es que este fenómeno se debe al cansancio.
El orden también afecta a la calidad. Piensa en qué secuencias de tareas o franjas horarias se modifica la calidad de tu trabajo o el rendimiento, que puede verse salpicado por el cansancio. De esta manera podrás programar tus tareas de una forma más inteligente.
3. Multitarea más inteligente
La eficiencia puede aumentar al centrarse en completar unas pocas tareas en lugar de simplemente avanzar en muchas.
"Todo tipo de trabajadores programan su flujo de trabajo de forma ineficaz, en el sentido de que tienden a saltar de una tarea a otra con demasiada frecuencia", apunta Persico. Toma el consejo y completa cada tarea hasta el final para un rendimiento más eficaz.
4. La colaboración puede ralentizar el trabajo
La colaboración es estupenda, pero el trabajo simultáneo puede afectar al rendimiento de todo un sistema.
Las consecuencias pueden ser pérdida de productividad y ralentización del flujo de trabajo, más allá de lo que cabría prever por los cuellos de botella habituales.
5. La comunicación y la transparencia importan tanto como cumplir con un deadline
Si no pones en práctica la transparencia operativa, ya estás tardando.
Mejorar la comunicación permite al cliente conocer todo el proceso, mejorarlo y acrecentar la confianza. La idea es que "si pueden ver lo duro que estoy trabajando, lo apreciarán más", dice Bray, que para maximizar las ventajas analizó un enorme conjunto de datos de registros de entrega de paquetes de la gigantesca empresa de comercio electrónico Alibaba en China.
Su análisis reveló que los clientes que recibían actualizaciones frecuentes solían dar al servicio una puntuación alta. Si solamente se daban al principio y paraban, la calificación era más baja aunque llegasen en el mismo periodo. Su hipótesis es que el cliente recuerda el final de la experiencia, y tiende a prestar más atención a lo que sucede al final del proceso.
Por tanto, según la trayectoria de Rob Bray, es importante intensificar la comunicación durante el tramo final de un proyecto y cosechar los frutos.
Con información de Business Insider
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